CIUDAD DE MÉXICO - Víctor Manuel se paseó a toda velocidad por el Zócalo capitalino. Lo hizo con una sonrisa y a bordo de su nueva bicicleta, uno de los tres regalos que este lunes le dejaron los Reyes Magos.
"Mi bici, mi balón y control remoto", cuenta Víctor Manuel.
A Jorge lo premiaron con un patín del diablo y, a pesar de los nervios que no lo dejaron dormir, dice que hoy es uno de los mejores días de su vida.
"Ya vi mis juguetes y corrí hacia ellos. -¿Qué sentiste en el estómago? -¡Ah, pues emoción!", dice Jorge.
El corazón de la ciudad se llenó de ilusiones y sonrisas, fue el lugar perfecto para la magia de estrenar y demostrar que a lo largo del año todos tuvieron un buen comportamiento.
"Sí me porté bien", asegura Aryday.
Aryday recibió unos patines de su color favorito, y a cambio sus padres obtuvieron la mejor recompensa.
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"Lo vivimos muy bonito porque se despertó y luego luego fue a su árbol para ver lo que le habían dejado los Reyes".
Ya en el festejo, las niñas y niños también rompieron 1,000 piñatas de colores.
Recibieron rosca y hasta otros juguetes, como el de Alexa, una muñeca igual a la de su hermanita.
"Me levanté temprano para venir a recoger el juguete", cuenta.
El Zócalo fue visitado por miles de personas y es que este año más allá de juguetes, los Reyes trajeron mucha diversión
"Nuestra logística estuvo larga, cada vez son más niños y hubo muchos regalos que entregar", dicen los Reyes.
Y aunque no fue fácil, Melchor, Gaspar y Baltazar cumplieron una vez más la misión de colocar millones de sonrisas con el mejor regalo: el de la felicidad.