CONDADO SACRAMENTO, California - El obispo de la Diócesis de Sacramento, Jaime Soto, ya había dado a conocer su intención de declarar en bacarrota a la institución, luego que una crisis financiera tenga en jaque a la iglesia católica.
La razón principal es la cantidad de demandas de abuso sexual que se están procesando en contra de la Diócesis y cuyos fallos estarían afectando el funcionamiento de esta. Lo que se busca mediante el proceso de quiebra es que cada víctima pueda recibir un trato respetuoso y equitativo.
Hay muchas víctimas sobrevivientes que esperan una compensación por los pecados cometidos contra ellas, subrayó el obispo Soto en diciembre pasado cuando comunicó su decisión.
Soto ha anunciado que presentará formalmente la petición ante el Tribunal de Quiebras el próximo 1 de abril.
La diócesis enfrenta más de 250 demandas por abuso sexual por parte del clero u otro personal de la iglesia, agregó la autoridad eclesiástica, quien explicó que el proceso de reorganización de deudas "permitirá responder de manera equitativa al gran número de víctimas sobrevivientes de abuso".
La reorganización supervisada por el tribunal también permitirá sostener la obra santificadora, docente y caritativa de la comunidad católica en el norte de California, agregó el clérigo mediante una declaración.
"Mientras continúa este viaje de expiación, únanse a mí en oración por todas las víctimas-sobrevivientes de abuso. Que el Señor sea misericordioso y también nos renueve en nuestro compromiso de ser discípulos de Jesús", dijo Monseñor Jaime Soto.
