
WASHINGTON - El presidente Donald Trump propuso el martes que los palestinos desplazados en Gaza deberían ser “reubicados permanentemente” fuera del territorio, el cual ha quedado devastado por la guerra.
Las declaraciones de Trump se produjeron al inicio de su reunión con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la Casa Blanca, donde se tiene previsto que ambos discutan el frágil alto el fuego y la liberación de rehenes en el conflicto entre Israel y Hamás.
“No creo que la gente deba regresar”, declaró Trump. “No se puede vivir en Gaza en este momento. Creo que necesitamos otra ubicación. Creo que debería ser un lugar que haga feliz a la gente”.
Además, el mandatario y sus principales asesores argumentaban que un cronograma para la reconstrucción del territorio en los próximos tres a cinco años —tal como se estableció en el acuerdo de tregua temporal— no es viable.
"Si se dan cuenta, a lo largo de las décadas, todo es muerte en Gaza”, agregó Trump. “Esto ha estado sucediendo durante años. Todo es muerte. Si podemos conseguir un lugar hermoso para reasentar a la población, permanentemente, en casas bonitas donde puedan ser felices y no se les dispare, ni se les asesine, ni se les apuñale hasta matarlos, como lo que está sucediendo en Gaza”.
INCERTIDUMBRE SOBRE LA TREGUA
El encuentro coincide con el inicio de las negociaciones indirectas entre Israel y Hamas para la segunda fase del acuerdo de tregua, en la que se prevé la liberación de todos los rehenes israelíes en Gaza y el establecimiento de las bases para el fin definitivo de la guerra.
Hamas, que ha reafirmado su control sobre Gaza desde el inicio del alto el fuego el 19 de enero, ha advertido que no liberará más rehenes hasta que se acuerde el fin de la guerra y se retiren las fuerzas israelíes del enclave.
Netanyahu, por su parte, enfrenta una creciente presión dentro de su coalición de Gobierno con ministros ultraderechistas como Bezalel Smotrich amenazando con derribar el Ejecutivo si, una vez concluida la primera fase de la tregua, no se reanudan los combates en la Franja.
Trump, por su parte, no ha dado señales claras sobre cuál será su estrategia en el conflicto de Gaza. Aunque es un firme aliado de Israel, la prensa israelí asegura que ya ha comunicado a Netanyahu que no quiere que el país reanude los combates en la Franja.
Trump ha prometido acabar con las guerras en Oriente Medio y, además, se ha atribuido el mérito de haber facilitado el acuerdo de alto el fuego vigente, que en su primera fase permitió la liberación de 13 israelíes y 5 tailandeses a cambio de más de 500 presos palestinos.
Sin embargo, su aparente intención de poner fin a la guerra no implica mejoras para los gazatíes. Al contrario, desde su regreso al poder ha levantado sanciones contra colonos israelíes acusados de violencia contra palestinos y ha descongelado un envío de bombas pesadas a Israel, pausado por su antecesor, Joe Biden.
Durante su primer mandato, Trump ya tomó varias decisiones en favor de Israel, como el traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, el reconocimiento de la soberanía israelí sobre los Altos del Golán y la negociación de los Acuerdos de Abraham. Estos movimientos permitieron a Israel establecer relaciones diplomáticas con varios países árabes.
UN PACTO ENTRE ISRAEL Y ARABIA SAUDÍ, LA GRAN APUESTA DE TRUMP
Más allá de la tregua en Gaza, Trump busca aprovechar la reunión para relanzar su aspiración de lograr un acuerdo entre Israel y Arabia Saudí, un objetivo que ya persiguió en su primer mandato y que también intentó sin éxito el gobierno de Biden.
Arabia Saudí ha mostrado interés en firmar un acuerdo con Israel, pero ha puesto como condición recibir garantías estratégicas de Estados Unidos, como un pacto de defensa, y ha dejado claro que no habrá acuerdo sin la creación de un Estado palestino.
La forma que tomaría un eventual Estado palestino aún está por definir, especialmente debido a la postura tanto de Trump como de Israel.
En los últimos días, el presidente estadounidense ha insistido en que Jordania, Egipto y otros países árabes deberían aceptar más refugiados palestinos procedentes de Gaza, una propuesta que ha sido rechazada de plano tanto por varias naciones árabes.
Netanyahu, por su parte, rechaza cualquier intento de usar la fórmula de la "solución de dos Estados" para resolver el conflicto.
UNA RELACIÓN PERSONAL A PRUEBA
Más allá de los temas a tratar, la atención estará puesta en los gestos entre los dos líderes y en el estado actual de su relación personal.
Durante el primer mandato de Trump, ambos mantuvieron una relación cercana. Pero posteriormente, Trump se sintió traicionado cuando Netanyahu felicitó a Biden por su victoria en las elecciones de 2020, en las que el presidente denunció sin pruebas un supuesto fraude electoral.
Desde entonces, el primer ministro israelí ha buscado recomponer la relación. En julio del año pasado viajó a la mansión de Trump en Florida para reunirse con él antes de las elecciones y, tras su victoria en noviembre, fue de los primeros líderes en felicitarlo.