El exvicepresidente Mike Pence dijo que no se llevó ninguna información clasificada con él cuando dejó el puesto, después de cuatro años en el gobierno de Donald Trump.
La revelación el viernes —que usualmente no sería nada especial para un antiguo vicepresidente— es notable ahora dado que agentes del FBI confiscaron documentos clasificados y de secreto máximo de la residencia de su exjefe en Florida el 8 de agosto cuando investigaban violaciones potenciales de tres leyes federales.
El expresidente Donald Trump ha dicho que los documentos confiscados por los agentes estaban todos “desclasificados”.
A una pregunta de si había retenido algún documento clasificado tras dejar el cargo, Pence le dijo a la Associated Press en una entrevista: “No, no que yo sepa”.
Pese a la inclusión de material marcado como “secreto máximo” en la lista del gobierno de los documentos recuperados de la residencia de Trump en Mar-a-Lago, Pence dijo: “Honestamente, no quiero prejuzgar hasta que se conozcan todos los hechos”.
Hasta el momento, la orden de registro divulgada evidenció que Trump se llevó material clasificado de la Casa Blanca a su residencia. Dicha orden también apuntaba los delitos en los que puede estar incurriendo: Violación a la Ley de Espionaje, obstrucción a la justicia y destrucción de documentos.
La orden de registro, también revelada el viernes, decía que los agentes federales estaban investigando posibles violaciones de tres leyes federales diferentes, incluida una que rige la recopilación, transmisión o pérdida de información de defensa en virtud de la Ley de Espionaje.
Los demás estatutos abordan la ocultación, mutilación o eliminación de registros y la destrucción, alteración o falsificación de registros en investigaciones federales.