Los Ángeles

“No soy una mala persona”: programa ofrece una segunda oportunidad a joven excarcelado

Lucas Gudiño pasó 15 años de su vida en la cárcel. Ahora, a los 33 años, ha retomado el rumbo de su vida tras cumplir su condena.

Telemundo

Lucas Gudiño es un joven angelino de 33 años que estudia y trabaja para ayudar a miles de jóvenes que han pasado por una situación similar a la que él vivió cuando tenía 16 años.

“Le disparé a mi víctima y lo herí”, cuenta Gudiño. “Y cuando me agarraron, me trataron de dar 85 años o de por vida por el crimen que cometí, por tratar de robarlo y por usar un arma”.

Ese delito le costó 15 años de su vida en la cárcel.

Ludiño cuenta que fue una época de su vida muy confusa, sin un propósito específico para su futuro.

“Estaba enfocado en las pandillas, en las drogas, estaba enojado conmigo mismo, con el mundo”, dice Gudiño. “Yo hacía cosas por la pandilla por lo mismo que pensaba que eso me iba a ganar respeto”.

Su hermano también formaba parte de una pandilla y trataba de imitar, ya que quería ser como él. 

Pero el tiempo que pasó en prisión fue una época aun mas difícil para él.

“Pasa todo ese tiempo, pues uno pierde la fe y pues estuvo duro que hasta pensé mejor muerto, que seguir sufriendo”, dice Gudiño. 

Esos sentimientos de soledad, enojo y depresión fueron lo que llevaron a Gudiño a cambiar poco a poco su comportamiento.

“Yo me acuerdo que leí un libro de una señora que estaba en un grupo, Connect With”, recuerda Ludiño.

La autora del libro contaba como unos adolescentes habían asesinado a su esposo.

“Ella decía que quería que los presos se quedaran dentro porque eran monstruos”, dice Gudiño.  “Y esa palabra nunca me ha gustado”.  

Fue una historia, una palabra que marcó la vida de Gudiño,  para darse cuenta que no quería seguir siendo esa persona en la que se había convertido. 

“Cuando fui a la prisión lo que me ayudó fue educarme, a ponerme enfocado a leer y a escribir”, cuenta Gudiño. 

Esa determinación de querer ser alguien diferente cuando saliera de prisión, llevó a Lucas a conocer Project Rebound, un programa de la Universidad de California, que le ayudó a ver la luz en esos días de oscuridad.

“No soy una mala persona”, señala Gudiño. “He cometido errores pero, a la misma vez, me trato de superar, para ser la persona que yo se que soy”.

Project Rebound: una segunda oportunidad para los excarcelados en California 

Project Rebound ayuda a las personas que han estado en la cárcel a reincorporarse a la sociedad.

La convicción de querer ser alguien mejor fue el impulso para que Gudiño luchara por su libertad. 

“Pasando 15 años de mi vida encarcelado pues, estuvo duro por lo mismo que yo me estaba perdiendo en el enojo en las pandillas en la cárcel”, dice Gudiño. 

“Y la única forma que traté de salir fue creer en mí mismo qué podía hacer algo mejor” 

Mientras se preparaba para salir de la cárcel encontró una mano amiga que lo asesoró sobre cómo enfrentar de nuevo a la sociedad. 

Project Rebound le ofreció la ayuda que necesitaba. El proyecto ayuda a las personas que han estado en la cárcel a reincorporarse a la sociedad.

Les brinda apoyo para inscribirse en el sistema de California State University. A través de cartas se comunican con ellos para hacerles saber que los esperan cuando salgan de la prisión.

Summer Brantner, directora de Project Rebound, menciona que Gudiño estaba un poco inquieto al principio pero ahora es otra persona que forma parte del proyecto.

“Imagínate, si yo no tuviera empleo cómo voy a sobrevivir aquí en la sociedad y eso es difícil”, dice Gudiño.

Más de 70 personas están encargadas de este programa, que ofrece a miles de jóvenes las herramientas necesarias y los mecanismos para reintegrarse a la sociedad y darles una segunda oportunidad.

“Ellos me ayudaron aquí, en Cal State para inscribirme a la escuela”, cuenta Gudiño. “Por eso yo hago lo mismo en ayudar a otros estudiantes que están saliendo de la prisión”.

Según el Instituto Nacional de Justicia, las personas que han estado encarceladas enfrentan varios obstáculos como pocas oportunidades de empleo, no son elegibles para asistencia financiera, vivienda pública y tienen poco acceso a la educación. 

“No tienen confianza en uno, comienzas a decir lo que hiciste y dicen, ‘no queremos que esta persona trabaje con uno’”, señala Gudiño. 

Sin embargo, a pesar del rechazo que pueda enfrentar en la sociedad, Gudiño quiere recuperar el tiempo perdido.  

“Con esta segunda oportunidad, lo que me urge hacer es terminar mi carrera, mi profesión, trabajar con los adolescentes, tener mi propia familia”, resalta Gudiño. 

“Tratar de ayudar a una persona a la vez

Pero también se arrepiente de lo que hizo. Es por ello que envía un mensaje a la familia de su víctima y a todos los que resultaron afectados por sus acciones.. 

“Que me perdonen, yo quiero a mi familia y ellos son los que me apoyaron mucho en todo este tiempo que estuve aquí”, dice Gudiño. 

“Ahora reconozco todas las cosas que los padres hacen por uno, que me disculpen, también a mi víctima. Que me disculpe por herirlo y pues a las comunidades que dañamos”.

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