Los homicidios en California volvieron a incrementarse el año pasado —al igual que otros delitos violentos— en medio de creciente frustración en un momento en que los demócratas en altos puestos del estado intentan conservarlos en las próximas elecciones.
El Departamento de Justicia estatal dio a conocer el jueves su informe anual sobre la delincuencia, mostrando aumentos en los delitos con violencia y en los robos en propiedad ajena en 2021 incluso a pesar de que la tasa del total de arrestos disminuyó.
Los californianos en todo el estado enfrentan un diluvio de titulares noticiosos sobre incrementos en los crímenes en meses recientes, desde flagrantes asaltos a automóviles y consumo de drogas en el problemático distrito Tenderloin de San Francisco a carreras de coches en la calle y rebases ilegales en un nuevo puente de 588 millones de dólares en Los Ángeles.
El gobernador Gavin Newsom y el procurador Rob Bonta están entre los demócratas que enfrentan rivales electorales en noviembre y están pasando apuros para explicar cómo es que sus políticas están manteniendo la seguridad en el estado. El fiscal de distrito progresista de San Francisco fue echado de su puesto en junio, y su contraparte en Los Ángeles apenas sobrevivió un segundo intento por quitarlo.
Tres rivales de Bonta en las primarias de junio intentaron destacar el hecho del incremento en los delitos y el respaldo del demócrata a reformas al sistema de justicia penal cuando estaba en la Legislatura. De todas formas Bonta avanzó con casi el 60% de los votos en California, un estado donde predominan los electores demócratas. Pero su opositor republicano en los comicios generales de noviembre —Nathan Hochman, exfiscal federal y exsubsecretario de Justicia federal— ha seguido criticando a Bonta en lo que respecta a la delincuencia.
Las nuevas cifras “reflejan lo que los californianos han estado experimentando todos los días: una espiral de ilegalidad”, declaró Hochman.
