Religión y Espiritualidad

Nominada a la Corte Suprema tiene estrecha relación con grupo religioso carismático

Se llama People of Praise, donde se predica que los hombres son los ''jefes'' de las familias y de la fe por decisión divina.

Seventh U.S. Circuit Court Judge Amy Coney Barrett
GETTY IMAGES

WASHINGTON — La jueza designada por Donald Trump para ocupar una vacante en la Corte Suprema tiene estrechos vínculos con un grupo religioso cristiano carismático que sostiene que los hombres son los “jefes” de la familia y de la fe por decisión divina.

Exmiembros de la congregación People of Praise dicen que enseña que la mujer debe someterse a la voluntad del marido.

La jueza Amy Coney Barrett no ha hablado en público acerca de su relación con esa congregación. Un portavoz de People of Praise (Pueblo de Alabanza) no confirmó si ella y su marido eran miembros.

Barrett, quien tiene 48 años, se crió en Nueva Orleans en una familia con fuertes lazos con esa organización y en el 2017 era fideicomisaria de Trinity Schools Inc., afiliada a People of Praise, según las declaraciones de impuestos de esa organización sin fines de lucro y otros documentos revisados por The Associated Press.

La AP revisó todas las ediciones de la revista interna de la organización, “Vine and Branches”, de los últimos 15 años. La publicación tiene anuncios de nacimientos, fotos y otras menciones de Barrett y de su esposo Jesse, cuya familia está activa en la agrupación desde hace cuatro décadas.

People of Praise es una comunidad religiosa basada en el catolicismo carismático, un movimiento influenciado por los pentecostales que pone énfasis en la relación personal con Jesús y que puede incluir el bautismo en el Espíritu Santo y hablar en lenguas.

Tanto el presidente Trump como el candidato demócrata defendieron sus posturas sobre la nominación de Amy Coney Barrett a la Corte Suprema de Justicia.

Los allegados a Barrett dicen que las alusiones a su participación en People of Praise constituyen actos de discriminación que buscan entorpecer su confirmación en el Senado.

Varias personas allegadas a People of Praise declararon a la AP que la agrupación es malentendida. La describen como una hermandad cristiana que procura crear una comunidad.

Pero hay quienes la pintan como una organización jerárquica, autoritaria y controladora, cuyos hombres dominan a sus esposas, sus líderes manejan la vida de sus miembros y quienes se van son marginados.

Su tendencia conservadora marcaría una postura fuerte en la Corte Suprema en temas claves como inmigración, el aborto y el porte de armas, entre otros, advierten expertos.

La AP entrevistó a siete miembros o exmiembros de la congregación y revisó sus declaraciones impositivas, sus portales, sus blogs y su revista para tratar de descifrar el tipo de organización con la que Barrett está vinculada desde la niñez.

Fue fundada en South Bend, Indiana, en 1971 y tiene unos 1,800 miembros adultos en todo el país, con sucursales y escuelas en 22 ciudades de Estados Unidos, Canadá y el Caribe. Se alienta a todos sus miembros a ir a la iglesia en sus comunidades.

Sus miembros se comprometen a seguir las enseñanzas e instrucciones de los pastores, maestros y evangelistas de la organización.

La conservadora recuerda a los magistrados Ruth Bader Ginsburg y Antonin Scalia en su discurso.

No está claro si Barrett asumió ese compromiso. Un artículo de la revista de la agrupación del 2006, no obstante, incluye una foto en la que se la ve participando en una Conferencia para Mujeres de los Líderes de People of Praise.

La AP solicitó una entrevista con Barrett, que fue rechazada.

El padre de Barrett, Michael Coney Sr., lideró la rama de People of Praise de Nueva Orleáns e integró la Junta de Gobernadores, todos hombres, hasta el 2017. Su madre, Linda Coney, era la “sirvienta”, como se denomina a una mujer que guía a las otras.

Ahora el Senado debe confirmar a la nominada.

“Uno de los principios básicos de People of Praise es la libertad, el ejercicio de nuestra propia voluntad siguiendo al Señor y a nosotros mismos, lo que creemos que es lo correcto”, dijo Michael Coney, de 75 años, el viernes.

Joannah Clark, de 47 años y miembro de la organización, dijo que “para nosotras el marido es el jefe de la familia... (Pero) sin ejercer poder o dominio. Todo lo contrario. Es una posición de servicio y responsabilidad”.

Agregó que el término “sirvienta” alude a María, la madre de Jesús, quien se describía como “la sirvienta del Señor”.

Tiene 48 años y siete hijos. Conoce un poco de su historia.

Coral Anika Theill, en cambio, tiene otra visión. Se incorporó a la rama de People of Praise de Corvallis, Oregón, en 1979, cuando tenía 24 años y dos hijos mellizos de seis meses. Dice que las mujeres debían estar “totalmente sometidas” a los maridos y también a otros líderes de la organización.

Cuenta que cuando le dijo a su marido que quería esperar para tener más hijos, él la acompañó al ginecólogo para asegurarse de que no recibía métodos anticonceptivos.

“Me trataba básicamente como una yegua de cría”, afirmó.

Theill estuvo casada 20 años, quedó embarazada 11 veces y dio a luz ocho hijos.

Lisa Wiliams dijo que sus padres se incorporaron a una rama de People of Praise de Minnesota a fines de la década de 1970, cuando ella cursaba cuarto grado.

“Recuerdo que mi madre me decía que una esposa no puede negarse a tener relaciones sexuales con el marido porque es un derecho de él y una obligación de ella”, dijo Williams, de 56 años.

“Las relaciones no son para generar placer. Son para tener tantos hijos como disponga Dios. Las mujeres tienen que ser obedientes y servir” a los hombres.

Habló de reuniones de People of Praise en la casa de sus padres en las que los miembros hablaron en lenguas para espantar los demonios de una persona que se retorcía en el piso, un ritual que ella describió como un exorcismo.

Coney, el padre de Barrett, dijo que la sumisión de las mujeres que describen algunos antiguos miembros de la congregación es producto de una mala interpretación de las enseñanzas de la organización.

Es abogado y niega que las creencias religiosas de su hija puedan afectar sus opiniones si es confirmada en la Corte Suprema. “Es una gran abogada y hará cumplir las leyes independientemente de sus creencias”, afirmó.

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